Lo clásico no pasa de moda
La variedad “verdeal” pacense de Almendralejo es de una tonalidad intensa y brillante. Tiene una piel muy fina y un fruto carnoso abundante. El verdadero secreto está en saber dar con el aliño de su caldo, “que le da su toque”, con las que le conseguimos un aroma muy particular logrado y conseguido desde hace más de 100 años.
Cuidada selección y elaboración
Su cuidada recolección empieza en otoño gracias a un “ordeño” manual con mucho cuidado para no estropearlas, deslizando las manos suavemente por las ramas, sin golpes. En menos de 24h se almacenan enseguida para quitarles el amargor en agua. Se conservan en salmuera muy frías, para que no fermenten. Finalmente se lavan y aliñan con el aderezo de la receta propia del productor.
De toda la vida
Citadas por Cervantes y consideradas un manjar en la corte de Felipe II, la tradición se remonta cuando los campeños aderezaban olivas con las plantas aromáticas. Identifícalas por su forma redondeada, de color verde pardo y su piel fina de abundante textura, muy firme y de gran calibre. Gracias a los cuidados de su tratamiento en la fábrica con agua y sal esperan ser aderezadas manteniendo su intacto color verde amarillento. Es en el último lavado cuando se aliñan con la fórmula y el toque secreto que pasa de generación en generación.
A fuego muy lento
¿Sabías que las auténticas casera de temporada artesanales se elaboran en un fogón de leña a fuego muuuy lento a su amor y sobre todo con mucho cariño💖? Sus características organolépticas (las que pueden ser percibidas por nuestros sentidos) vienen determinadas por una especial elaboración tradicional. De este modo, la textura dependerá del momento de la recolección del fruto y del ablandamiento de la carne producida durante las etapas de cocción, fermentación y conservación.
Modo de empleo
Es aconsejable tapar el producto una vez abierto, mantenerlo en lugar seco y fresco (lo mejor en el frigorífico) y consumir en una o dos semanas.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.